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EL RINCÓN DEL MITO

Hablemos en serio de: Akira

<FONT Color="#00009C"><font size=+1>Hablemos en serio de:</font></font><FONT Color="#00009C"><font size=+2> Akira</font></font> "Cuando tratas de explicar algo básico a alguien y ves que no le entra en el cabezón pueden ocurrir varias cosas, una: que pienses que es un mongolo y que si sigues perdiendo tu tiempo con el en vez de, por ejemplo, hacer un remix con todas las escenas de “24” en las que salga Elisha cuthbert, serás tan mongolo como el, ó 2: que te plantees que igual no esta capacitado para entenderlo, que su hardware cerebral no puede sintetizar la información..."

by Metalchuan

En realidad hasta es posible que el concepto puede ser realmente complicado de asimilar y por tanto estaríamos admitiendo que el mongolo puede que no lo sea tanto...

Evidentemente jamás optamos por la segunda opción salvo en casos de tercera edad en fase crónica y nunca con gente de "a pie" mayores de 18 que puedan desempeñar cargos públicos legalmente...

Es por esto que si puedo admitir que haya un gilipollas que asegure que no entiende Matrix ( no un abuelo, ni siquiera una tia amante de la super pop, ¡ ni mi madre !, sino un tipo que se auto define como amante del cine, y después me comenta apesadumbrado y con gesto desdeñoso hacia mi persona que se ha aburrido con el ejercito de las tinieblas...); Si puedo aceptar que mi hermana sepa leer un “mortadelo” pero desconozca el complejo mecanismo de lectura de un manga, también puedo (durísimo) vivir sabiendo que durante el tiempo que compartió espacio en video clubs de todo el mundo con apestosas carátulas que no podían ni hacerle sombra, pasasteis vuestra impía mirada por encima de esta obra de arte sin tan siquiera prestarle atención ...y lo que es peor... sin hacerle las reverencias pertinentes.


Panda de herejes...


Os perdono porque en aquel tiempo era menos condenable reírse de los "dibujos", ahora es penado capitalmente -al menos en mi presencia- y porque ¡joder! con el título que nos ocupa, la primera vez que la vi (bueno quizás también la segunda) yo tampoco me entere de nada; pero en mi defensa diré que fue mi primer contacto con el anime "adulto", que no tenia internet para informarme, que me trajeron la puta cinta con una sobada carátula azul de video club impidiéndome echar un vistazo a una triste reseña y que... ¡ostia! tenia 9 años... pero eso es lo de menos y no es excusa...lo se...

A lo que iba, de Akira hablábamos todo el tiempo, que no os enteráis, pues eso, esta maravilla fue (para quien aún no lo sepa), entre otras cosas, la primera película de animación a gran escala que se produjo en Japón, y cuando digo a gran escala me refiero a un presupuesto escandaloso, un grueso montón de japos enfermos de perfeccionismo,todos habiendo firmado un contrato en el que renunciarían a sus derechos básicos como seres humanos durante los años que hiciesen falta para concluir el filme, y un monstruo como Katsuhiro Otomo detrás de todo el tinglado para hacer que la cosa cuaje.

Y seamos sinceros, Katsuhiro Otomo es un dios...y el que diga que no, que corra, en serio. Puede haber tipos que jueguen a ser directores de cine de animación por ahí y que encima les den premios como Hayao Miyazaki, pero desengañémonos, ese solo es una especie de David Linch nipón, a cada nuevo título creador de argumentos más retorcidos e incomprensibles y constantemente contando cuentos para crios más o menos inmunes a las pesadillas que les sobrevienen después de cada largometraje suyo ... Otomo es otro cantar. Otomo es esencia de animación de sol naciente: es energía, rabia, meticulosidad y dinamismo, es magnificencia, grafismo desgarrador, y maestría narrativa...es esto: Akira.

Y es que pese a que en la punta del iceberg nosotros ya sabíamos de la existencia de Heidi, Marco y otros títulos que nos llegaban con cuentagotas con las formas y el fondo japonés y su narrativa fácilmente asimilable por nuestros esféricos ojos, debajo, en la parte más profunda nos aguardaban conceptos nipones desconocidos para los que aún no estábamos preparados y que, de no venir de golpe aún andaríamos descubriendo...

Como cuando aseguran que los indígenas del "nuevo mundo" no vieron venir a los barcos invasores por mucho que mirasen al mar porque su mente era incapaz de asimilar tamaña novedad. Cuando Akira abrió brecha y nos inundó todo aquel universo de violencia, ciborgs, tacos y sexo bizarro englobados en el nombre de “Ciberpunk”, casi era como llevar un móvil a la edad media: Alucinante pero difícil de asimilar...

No voy ha extenderme enumerando la profunda cafrada que supuso llevar Akira a su destino como película de animación, no voy ha hablar de japos con microscopios dibujando una a una -a mano- las miles de ventanas de los edificios del Neo-Tokio donde trascurre la historia, voy a pasar de largo lo de haber grabado los diálogos de la película primero para después poder dibujar los gestos de los personajes y que sus movimientos labiales coincidan a la perfección, ni siquiera mencionare, por ejemplo, la japo que se quedaba en vela, al borde del colapso mental porque no era capaz de visualizar el tono de azul adecuado para una escena concreta que lo requería... paso.

Lo que si me parece un mérito de la ostia es conseguir que un manga como este que engloba más de 2000 paginas haya podido ser sintetizado en una película de escasas 2 horas que, aunque evidentemente como en los buenos libros cuenta solo una parte y si no leemos la obra en papel nos quedaremos sin saber infinidad de cosas interesantes, si convierte todo lo relevante de la historia en algo espectacular, abrumador, comenzando por la magnífica escena de las motos, pasando por los sobrecogedores enfrentamientos entre los protagonistas, hasta llegar al brutal desenlace que nos dejará los ojos blanquecinos y la boca abierta con un reguero de saliva en la comisura cuando finalice por completo... impagable.

El éxito estaba cantado y fue tan brutal que, inmediatamente tras su emisión el mundo recibió con los brazos abiertos todo lo que proviniese del archipiélago nipón sin rechistar.América y sus "marvel" temblaron con un espasmo de terror. La bestia había despertado...


Resulta cuanto menos instructivo años después de su flamante éxito, tras devorar miles de series de diferente índole y temática y ver lo que ha dado de si hasta el momento Japón en materia de animación, el buscar un hueco en el tiempo, una noche acogedora donde no haya obligaciones ni distracciones inmediatas, un momento que apetezca revivir el cine con mayúsculas. Sacar de su merecido trono la cinta de Kaneda y colegas, dar al play y lanzar el mando lejos para disfrutar de la pureza, del cáliz de lo bien hecho, de la inmaculada perfección del arte japonés en imágenes, sin censura, sin tapujos, ni media tintas y regocijarse de lo lindo con cada fotograma, como cochinos retozando en humeante lodo...


¿Que mas puedo decir? Sabéis que no me cansaré en intentar convenceros de nada, solo finalizaré con dos cosas. Una: que el simple hecho de contemplar la foto que adorna este articulo o un poster, imagen o producto de merchandising que represente un pelo-casco negruzco, una moto rojiza o cañon láser haciendo referencia evidente a esta obra, hace que me recorra al instante un sincero escalofrio (si os vale como garantía de calidad mola, si no...) y Dos: tanto si no tenéis hardware cerebral para apreciarla como si ridiculizáis la idea de siquiera darle una oportunidad a priori por alguna enrevesada razón que solo entendéis los mongolos... os diré...

Dais pena, recordadlo y vivid con ello.

Al resto: estáis a tiempo que reverenciarlo, Akira es magnánimo con quienes se arrepienten a tiempo de sus errores...



Metalchuan





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