BARTENDER 5 (FLOJA)
"Japón sigue demostrando que es capaz de contar historias con los escenarios más inverosímiles imaginables.¿Lo último? La barra de un bar. El escenario donde el “dios del vaso” ayuda con su particular maestría creando cocteles a los sufridos clientes que lo visitan..."
“Un trago aguado”
By Metalchuan
En realidad esto es algo que me fascina. Que un país sea tan absolutamente permisivo en materia creativa que de vía libre a proyectos a todas luces inviables por lo catastrófico de su planteamiento, no hace mas que ratificar mi admiración por esta gente.
Que Katsuhiro Otomo haga un anime sobre ciclismo por el simple hecho de que es un forofo de este deporte o que el popular “campo quemado” como lo conocíamos cuando éramos crios, de paso a una serie de éxito, son cosas que en cualquier otra cultura serian incapaces de recaudar fondos para llevarlos a buen puerto. Pero los japoneses están por encima de todo y de todos. Ellos hace lo que les da la gana y al que le guste bién y al que no... aire...
Chupate esa Tom Cruise
¡Joder!, que bien sabe esto... ¿como dices que se llama?
Eeeeeeehhh... Gin tonic señor...
Cojonudo, oye...estaba pensado de que iba a ir mi próxima serie y se me esta ocurriendo algo brillante..
¿Si?¿Y de que va a tratar?
Pues verás...
Ni mas ni menos gente, una serie de un elegante garito donde la gente que acude es maravillada por un camareta muy particular, que con su habilidad para conformar el combinado adecuado a cada situación, echa un cable a los plastas con problemas que vienen a contarle su vida...
En realidad si no fuera porque he visto cosas más extravagantes, (léase yakitate!, Una serie de panaderos) pensaría que es imposible que algo digerible pueda salvarse de un argumento tan absurdo...quizá adornándolo con buenos diseños, con sorpresas de guión insospechadas o con animaciones brillantes y el toque nipón por excelencia de recopilar todo lo posible para sorprender al espectador se pudiera salvar algo...
“Donde no hay mata no hay patata” decía un gilipollas en mi curro. Lamentablemente “Bartender” tiene en el resto de sus apartados un nivel a la altura de lo esperado para no dar falsas expectativas en ningún momento. Hasta los japoneses saben donde esta su límite... pero aun así, los muy cabrones saben sacar resquicios de esa grandeza particular suya en ocasiones bastante curiosos que logran salvar del suspenso más espantoso a la serie...
¿Hace una ronda?
Dibujos:
Poco se puede salvar en este apartado. Los trazos que conforman los diferentes personajes, son conjuntos de grotescas líneas marcadas profundamente en cada contorno de sus rostros dando una impresión de falta de vitalidad importante. Pocas veces he visto una evidencia tal de que son “dibujos” lo que hay en un anime como en este caso, ya que efectivamente son diseños sin fondo, con una parca expresividad y profundamente estáticos, lo que nos permite regocijarnos más de lo recomendable en el poco mimo que hay detrás de la creación de cada individuo, comprobando la rigidez de las facciones de alguno y la escasa variedad de sus formas.
Por otro lado, el 80% del tiempo la acción se desarrolla en el mismo bar, por lo que aunque la vidriera es impresionante y queda perfecta como fondo, acabaremos hasta las narices de ver el dichoso cartelito de la entrada y la impoluta barra de madera durante todo el tiempo...
Solo la aparición de los diferentes cócteles y sus curiosas botellas dan un pequeño toque de distinción a la vista, pero evidentemente su frugal colorido no es suficiente para salvar de la quema al resto del conjunto...
Animación:
Sin duda, la necesidad de dejarse el alma en mejorar el campo "animación" en una serie de baretos,cócteles y gente ebria que da la coña a un pobre hombre, parece poco apropiado, menos aún viendo que en lo demás tampoco es un derroche de virtudes.
La animación es prácticamente inexistente apoyándose evidentemente en que el camareta tiene poca clientela y el borrachuzo elegante (pocas veces veras más de uno a la vez) esta repantigado en la silla sin mover una pestaña. Pero casi mejor así, cuando caminan parece que Robocop ha vuelto a la vida, cuando hablan el rostro permanece impasible y solo la boca abre y cierra labios acompasando sonidos como un androide obsoleto... el único momento de la serie que sorprende con un mínimo de fluidez es cuando el tipo agita la coctelera, y tranquilos, que si os lo perdéis la primera vez, en cualquier otro capitulo que lo requiera se traerá de nuevo la secuencia integra e idéntica para coronar la pobreza general de este apartado.
Música:
Aquí la cosa mejora. Piezas de piano como hilo musical perpetuo de un bar elegante parecen efectivamente muy apropiadas para el tipo de relatos que se van a contar. Siempre tranquilas y cálidas, con inconfundible sabor a garito de gente refinada, proponen esta vez sí un toque ambiental creíble de bastante calidad, más que suficiente para convencer y salir del paso.
Argumento:
Aquí es donde se desmoronan todas las esperanzas para la serie, y al mismo tiempo donde reside el único aliciente para quienes puedan ver algo atractivo en el planteamiento de Bartender...
No nos engañemos; Las insípidas historias que van apareciendo son una excusa barata para hablar de alcohol, de cócteles exóticos y de las curiosidades que rodean al mundillo desde los combinados más conocidos, a los más exclusivos.
Y esto sin duda es algo a agradecer: pequeñas citas famosas al principio de cada capitulo con referencias al licor o datos históricos sobre las destilerías más famosas y sus comienzos, fabulas que explican los orígenes del nombre de alguna copa o curiosidades sobre la forma de beber de Hemingway o incluso Ingrid Bergman, se perfilan como lo único que un aficionado a los bares puede paladear aquí.
Lamentablemente, este compendio de datos propios de un publirreportaje sobre la historia del alcohol y su desarrollo, se diluye en excusas arguméntales fáciles y predecibles. Desde una “tipa” que rompió una botella que debía reconciliar a padre y abuelo cuando era niña, hasta los pormenores que muestran como el protagonista desea con todo su corazón hacerle la vida más feliz a la gente que paga la cuenta,cual Teresa de Calcuta nipona, son recursos poco originales que pelean a duras penas por conseguir llenar un capítulo completo con lo insípido de su capacidad de desarrollo...
Adicción
El ritmo es lento, pausado y acorde a la narrativa propuesta. Sin duda perfecto para hacernos creer que podrían ser historias contadas a pie de una barra solitaria y al son de las notas del pianista fantasma que decora cada secuencia. Ayuda el toque nostálgico forzado de algún relato o la siempre fantástica habilidad del protagonista para adivinar que bebida le puede sentar mejor a cada secundario para provocar en su interior una clarividencia que le permita afrontar su particular drama con los metafóricos sabores que degustará.
Destellos mínimos de grandeza que no puede arrastrar el plomo narrativo restante y que incitaran rápidamente a comprobar que más hay disponible en la videoteca particular de cada uno para poder aparcar cuanto antes la serie.
Mito
Tan difícil como llegar a lo mas alto en El Rincón Del Mito es conseguir acuñar cotas tan ínfimas de puntuación, en esta sección, como las que presenta Bartender. Ninguno de sus apartados posee la capacidad de subsanar los errores de las demás y por lo tanto se convierte en una curiosidad exclusiva de aquellos interesados en el mundo del cóctel que quieran degustar un irregular homenaje al mundo del camarero profesional, enfrascado en historias sinsorgas y una pobre factura técnica.
El resto, mejor obviarla en la medida de lo posible.
Lo mejor
Comprobar que no hay un solo tema con el que no se atrevan los japoneses
Las anécdotas narradas que rodean al mundo del licor pueden resultar interesantes
Algún peculiar coctel llama bastante la atención
Lo peor
Parte técnica insuficiente
Historias poco trabajadas
Narrativa lenta y espesa
Metalchuan
“Un trago aguado”
By Metalchuan
En realidad esto es algo que me fascina. Que un país sea tan absolutamente permisivo en materia creativa que de vía libre a proyectos a todas luces inviables por lo catastrófico de su planteamiento, no hace mas que ratificar mi admiración por esta gente.
Que Katsuhiro Otomo haga un anime sobre ciclismo por el simple hecho de que es un forofo de este deporte o que el popular “campo quemado” como lo conocíamos cuando éramos crios, de paso a una serie de éxito, son cosas que en cualquier otra cultura serian incapaces de recaudar fondos para llevarlos a buen puerto. Pero los japoneses están por encima de todo y de todos. Ellos hace lo que les da la gana y al que le guste bién y al que no... aire...
Chupate esa Tom Cruise
¡Joder!, que bien sabe esto... ¿como dices que se llama?
Eeeeeeehhh... Gin tonic señor...
Cojonudo, oye...estaba pensado de que iba a ir mi próxima serie y se me esta ocurriendo algo brillante..
¿Si?¿Y de que va a tratar?
Pues verás...
Ni mas ni menos gente, una serie de un elegante garito donde la gente que acude es maravillada por un camareta muy particular, que con su habilidad para conformar el combinado adecuado a cada situación, echa un cable a los plastas con problemas que vienen a contarle su vida...
En realidad si no fuera porque he visto cosas más extravagantes, (léase yakitate!, Una serie de panaderos) pensaría que es imposible que algo digerible pueda salvarse de un argumento tan absurdo...quizá adornándolo con buenos diseños, con sorpresas de guión insospechadas o con animaciones brillantes y el toque nipón por excelencia de recopilar todo lo posible para sorprender al espectador se pudiera salvar algo...
“Donde no hay mata no hay patata” decía un gilipollas en mi curro. Lamentablemente “Bartender” tiene en el resto de sus apartados un nivel a la altura de lo esperado para no dar falsas expectativas en ningún momento. Hasta los japoneses saben donde esta su límite... pero aun así, los muy cabrones saben sacar resquicios de esa grandeza particular suya en ocasiones bastante curiosos que logran salvar del suspenso más espantoso a la serie...
¿Hace una ronda?
Dibujos:
Poco se puede salvar en este apartado. Los trazos que conforman los diferentes personajes, son conjuntos de grotescas líneas marcadas profundamente en cada contorno de sus rostros dando una impresión de falta de vitalidad importante. Pocas veces he visto una evidencia tal de que son “dibujos” lo que hay en un anime como en este caso, ya que efectivamente son diseños sin fondo, con una parca expresividad y profundamente estáticos, lo que nos permite regocijarnos más de lo recomendable en el poco mimo que hay detrás de la creación de cada individuo, comprobando la rigidez de las facciones de alguno y la escasa variedad de sus formas.
Por otro lado, el 80% del tiempo la acción se desarrolla en el mismo bar, por lo que aunque la vidriera es impresionante y queda perfecta como fondo, acabaremos hasta las narices de ver el dichoso cartelito de la entrada y la impoluta barra de madera durante todo el tiempo...
Solo la aparición de los diferentes cócteles y sus curiosas botellas dan un pequeño toque de distinción a la vista, pero evidentemente su frugal colorido no es suficiente para salvar de la quema al resto del conjunto...
Animación:
Sin duda, la necesidad de dejarse el alma en mejorar el campo "animación" en una serie de baretos,cócteles y gente ebria que da la coña a un pobre hombre, parece poco apropiado, menos aún viendo que en lo demás tampoco es un derroche de virtudes.
La animación es prácticamente inexistente apoyándose evidentemente en que el camareta tiene poca clientela y el borrachuzo elegante (pocas veces veras más de uno a la vez) esta repantigado en la silla sin mover una pestaña. Pero casi mejor así, cuando caminan parece que Robocop ha vuelto a la vida, cuando hablan el rostro permanece impasible y solo la boca abre y cierra labios acompasando sonidos como un androide obsoleto... el único momento de la serie que sorprende con un mínimo de fluidez es cuando el tipo agita la coctelera, y tranquilos, que si os lo perdéis la primera vez, en cualquier otro capitulo que lo requiera se traerá de nuevo la secuencia integra e idéntica para coronar la pobreza general de este apartado.
Música:
Aquí la cosa mejora. Piezas de piano como hilo musical perpetuo de un bar elegante parecen efectivamente muy apropiadas para el tipo de relatos que se van a contar. Siempre tranquilas y cálidas, con inconfundible sabor a garito de gente refinada, proponen esta vez sí un toque ambiental creíble de bastante calidad, más que suficiente para convencer y salir del paso.
Argumento:
Aquí es donde se desmoronan todas las esperanzas para la serie, y al mismo tiempo donde reside el único aliciente para quienes puedan ver algo atractivo en el planteamiento de Bartender...
No nos engañemos; Las insípidas historias que van apareciendo son una excusa barata para hablar de alcohol, de cócteles exóticos y de las curiosidades que rodean al mundillo desde los combinados más conocidos, a los más exclusivos.
Y esto sin duda es algo a agradecer: pequeñas citas famosas al principio de cada capitulo con referencias al licor o datos históricos sobre las destilerías más famosas y sus comienzos, fabulas que explican los orígenes del nombre de alguna copa o curiosidades sobre la forma de beber de Hemingway o incluso Ingrid Bergman, se perfilan como lo único que un aficionado a los bares puede paladear aquí.
Lamentablemente, este compendio de datos propios de un publirreportaje sobre la historia del alcohol y su desarrollo, se diluye en excusas arguméntales fáciles y predecibles. Desde una “tipa” que rompió una botella que debía reconciliar a padre y abuelo cuando era niña, hasta los pormenores que muestran como el protagonista desea con todo su corazón hacerle la vida más feliz a la gente que paga la cuenta,cual Teresa de Calcuta nipona, son recursos poco originales que pelean a duras penas por conseguir llenar un capítulo completo con lo insípido de su capacidad de desarrollo...
Adicción
El ritmo es lento, pausado y acorde a la narrativa propuesta. Sin duda perfecto para hacernos creer que podrían ser historias contadas a pie de una barra solitaria y al son de las notas del pianista fantasma que decora cada secuencia. Ayuda el toque nostálgico forzado de algún relato o la siempre fantástica habilidad del protagonista para adivinar que bebida le puede sentar mejor a cada secundario para provocar en su interior una clarividencia que le permita afrontar su particular drama con los metafóricos sabores que degustará.
Destellos mínimos de grandeza que no puede arrastrar el plomo narrativo restante y que incitaran rápidamente a comprobar que más hay disponible en la videoteca particular de cada uno para poder aparcar cuanto antes la serie.
Mito
Tan difícil como llegar a lo mas alto en El Rincón Del Mito es conseguir acuñar cotas tan ínfimas de puntuación, en esta sección, como las que presenta Bartender. Ninguno de sus apartados posee la capacidad de subsanar los errores de las demás y por lo tanto se convierte en una curiosidad exclusiva de aquellos interesados en el mundo del cóctel que quieran degustar un irregular homenaje al mundo del camarero profesional, enfrascado en historias sinsorgas y una pobre factura técnica.
El resto, mejor obviarla en la medida de lo posible.
Lo mejor
Comprobar que no hay un solo tema con el que no se atrevan los japoneses
Las anécdotas narradas que rodean al mundo del licor pueden resultar interesantes
Algún peculiar coctel llama bastante la atención
Lo peor
Parte técnica insuficiente
Historias poco trabajadas
Narrativa lenta y espesa
Metalchuan
2 comentarios
Metalchuan -
Espero que hayas disfrutado la reseña aún no estando de acuerdo con ella en su totalidad...
Bienvenido por estos lares, estas en tu casa...
Un saludo
Demon Fox Ray -
Yo en mi opinion le daria un 6.4, los diseños de personajes son pobres, al igual que la animación, ya que en mayoría se basa en puro render y unas pobres tecnicas CG, en cambio, lo que lo salva es su OST y su grandiosa trama, simple, pobre pero interesante, por ello al menos recibe en mi opinion una notable votacion de 6.
Tengo un blog acerca de series que yo eh llegado a ver enteras, lamentablemente es un poco pobre y contiene unicamente reviews breves y rapidos, nada fuera de lo comun.